Universidad Femenina del Sagrado Corazón Escuela de Posgrado Programa Académico de Maestría en Psicología ANSIEDAD, EVITACIÓN EXPERIENCIAL Y ADICCIÓN A REDES SOCIALES EN UNIVERSITARIOS DE LIMA Tesis presentada por: MIGUEL ANGEL BASAURI DELGADO Cód. Orcid: 0000-0002-9698-8089 Para obtener el Grado Académico de: MAESTRO EN PSICOLOGÍA con mención en Psicología Clínica y de la Salud Línea de Investigación: Salud Mental Asesor Manuel Arboccó De Los Heros Cód. Orcid: 0000-0002-8481-310X Lima – Perú 2023 2 Los miembros del jurado han aprobado el estilo y el contenido de la tesis sustentada por: MIGUEL ANGEL BASAURI DELGADO Manuel Arbocco De Los Heros Asesor: Nombre(s) y Apellidos Rosario Guadalupe Alarcón Alarcón Presidente de Jurado: Nombre(s) y Apellidos Herbert Robles Mori Miembro de Jurado 1: Nombre(s) y Apellidos Bruno Doménico Zanolo Matinuzzi Miembro de Jurado 2: Nombre(s) y Apellidos Dra. Rosario Guadalupe Alarcón Alarcón Directora de la Escuela de Posgrado 3 Declaratoria de Originalidad del Asesor Escuela de Posgrado: Escuela de Posgrado Programa Académico: Maestría en Psicología Dependencia al que pertenece el docente asesor: Departamento de Psicología Docente asesor que verifica la originalidad: Manuel Arbocco De Los Heros ORCID: 0000-0002-8481-310X Título del documento: Ansiedad, evitación experiencial y adicción a redes sociales en universitarios de Lima Autor del documento: Miguel Angel Basauri Delgado Mecanismo utilizado para detección de originalidad: Software Turnitin Nº de trabajo en Turnitin: (10 dígitos) 2238546688 Porcentaje de similitud detectado: 14% Fuentes originales de las similitudes detectadas: Fuentes de internet = 14% Publicaciones = 4% Trabajos del estudiante = 5% El docente asesor declara ha revisado el informe de similitud y expresa que el porcentaje señalado cumple con las “Normas Internas de Investigación e Innovación” establecidas por la Universidad Femenina del Sagrado Corazón. Fecha de aplicación en Turnitin: (dd-mm-aaaa) 26-11-2023 4 RESUMEN El estudio tuvo como objetivo determinar la influencia de la ansiedad y la evitación experiencial sobre la adicción a redes sociales en 318 estudiantes (52.2% mujeres y 47.8% varones), entre los 18 a 54 años de una universidad privada de Lima. El estudio fue no experimental-transeccional y de diseño explicativo. Se aplicó el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), el Cuestionario de Aceptación y Acción II (AAQ-II) y el Cuestionario de Adicción a las Redes Sociales (ARS). Se encontró que el modelo de regresión múltiple contó con diferencias significativas (F = 38, gl = 2, p < .001) y explicó un 19.4% la ocurrencia de la variable dependiente, pero sólo la evitación experiencial tuvo efectos significativos sobre la adicción a redes sociales (β = .407, p < .001). Por otro lado, se halló un 35.2% de estudiantes con nivel moderado de ansiedad, el 50.0% de evitación experiencial y el 64.2% con un nivel regular de adicción a redes. Al comparar el sexo y la edad, existieron diferencias significativas (p < .05) para las tres variables respecto a la edad, siendo mayores las puntuaciones en universitarios de menor edad. El modelo mediacional demostró un efecto indirecto para la evitación experiencial sobre la relación de la ansiedad con la adicción a redes sociales (β = .273, p < .001). Se concluye que la ansiedad no afecta de forma directa sobre la adicción a las redes, pero sí de forma indirecta por medio de la evitación experiencial. Palabras clave: Ansiedad, EVITACIÓN experiencial, adicción a las redes sociales, universitarios. ABSTRACT The aim of the study was to determine the influence of anxiety and experiential avoidance on social network addiction in 318 students (52.2% female and 47.8% male) between 18 and 54 years of age at a private university in Lima. The study was non-experimental - cross-sectional and of explanatory design. The Beck Anxiety Inventory (BAI), the Acceptance and Action Questionnaire II (AAQ-II) and the Addiction to Social Networks Questionnaire (ARS) were applied. The multiple regression model was found to have significant differences (F = 38, gl = 2, p < .001) and explained 19.4% of the occurrence of the dependent variable, but only experiential avoidance had significant effects on social network addiction (β = .407, p < .001). On the other hand, 35.2% of students were found with a moderate level of anxiety, 50.0% of experiential avoidance and 64.2% with a regular level of network addiction. When comparing gender and age, there were significant differences (p < .05) for the three variables with respect to age, with higher scores in younger university students. The mediational model demonstrated an indirect effect for experiential avoidance on the relationship of anxiety with social network addiction (β = .273, p < .001). It is concluded that anxiety does not affect directly on network addiction, but indirectly through experiential avoidance. Keywords: Anxiety, experiential avoidance, social network addiction, college students. 5 RECONOCIMIENTOS Deseó expresar una gratitud especial hacia la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (UNIFE) por haber brindado la oportunidad de ampliar mis saberes sobre la psicología clínica y de la salud. Ha sido un honor y un privilegio ser parte de esta institución que no solo brinda conocimientos, sino también la oportunidad de crecer y prosperar en el campo profesional y personal. Un agradecimiento muy especial a la directora, y su equipo, de la escuela profesional de psicología de la universidad evaluada, ya que me brindaron todas las facilidades para proceder realizar las evaluaciones. Además, a todos los estudiantes que respondieron las encuestas enviadas por dedicar una parte de su tiempo en su ejecución. Asimismo, quiero agradecer a mi asesor, Mg. Manuel Arborcco, por brindarme recomendaciones y consejos necesarios para la culminación del presente estudio. También, quiero agradecer a los docentes que formaron parte en mi educación a lo largo de la maestría en psicología clínica y de la salud. 6 DEDICATORIA La presente tesis está dedicada a mis padres y a cada uno de mis familiares por brindarme su apoyo incondicional y soporte para superar las adversidades de la vida, aprendiendo constantemente de cada uno de ellos. 7 ÍNDICE Página CARÁTULA ………………………………………………………………. 1 Página de firmas …………………………………………………………. 2 Declaratoria de originalidad del asesor………………………………… 3 RESUMEN / ABSTRACT ……………………………………………….. 4 RECONOCIMIENTOS …………………………………………………... 5 DEDICATORIA …………………………………………………………… 6 ÍNDICE ……………………………………………………………………. 7 LISTA DE TABLAS ………………………………………………………. 9 LISTA DE FIGURAS …………………………………………………….. 11 INTRODUCCIÓN ………………………………………………………… 12 CAPÍTULO I: EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN......................... 14 1.1 Planteamiento del problema......................................................... 14 1.2 Justificación de la investigación.................................................... 18 1.3 Delimitación y limitaciones de la investigación............................. 19 1.3.1 Delimitación de la investigación………………………………….. 19 1.3.2 Limitaciones de la investigación ………………………………… 19 1.4 Objetivos de la investigación........................................................ 19 1.4.1 Objetivo general……………………………………………………. 19 1.4.2 Objetivos específicos……………………………………………… 20 CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO………………………………........... 21 2.1 Antecedentes de la investigación................................................. 21 2.2 Bases teóricas.............................................................................. 28 8 Página 2.3 Definición de términos.................................................................. 49 2.4 Hipótesis....................................................................................... 51 2.4.1 Hipótesis general(es)……………………………………………… 51 2.4.2 Hipótesis específicas……………………………………………… 52 CAPÍTULO III: MÉTODO………………………………………………… 53 3.1 Nivel, tipo y diseño de la investigación......................................... 53 3.2 Participantes................................................................................. 54 3.2.1 Población.…………………………………………………………... 54 3.2.2 Muestra……………………………………………………………… 55 3.2.3 Muestreo……………………………………………………………. 56 3.3 Variables de investigación............................................................ 56 3.4 Técnicas e instrumentos de recolección de datos……………….. 59 3.5 Técnicas de procesamiento y análisis de datos………………….. 78 CAPÍTULO IV: RESULTADOS ….……………………………………… 83 CAPÍTULO V: DISCUSIÓN DE RESULTADOS ….……………...…... 99 CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ….…… 117 6.1 Conclusiones ………………………………………………………… 117 6.2 Recomendaciones …………………………………………………... 119 REFERENCIAS.................................................................................. 122 APÉNDICE.......................................................................................... 132 APÉNDICE A. Matriz de Consistencia……………………..…………... 133 APÉNDICE B. Declaración Jurada de Documentos de Tesis……….. 138 APÉNDICE C. Consentimiento Informado…...…………..……………. 139 9 LISTA DE TABLAS Tabla Página 1. Distribución de los participantes del estudio………………………… 56 2. Operacionalización de la ansiedad………………………... ……….. 57 3. Operacionalización de la evitación experiencial……………………. 58 4. Operacionalización de la adicción a redes sociales………………… 59 5. Ficha técnica del BAI…………………………………………….......... 60 6. Índices de ajuste del BAI………………………………………………. 63 7. Confiabilidad del BAI………………………………………................. 65 8. Invarianza factorial según sexo y edad del BAI…………………….. 66 9. Ficha técnica del Cuestionario AAQ-II……………………………….. 66 10. Índices de ajuste del Cuestionario AAQ-II…………………………… 70 11. Confiabilidad del Cuestionario AAQ-II……………………………….. 72 12. Invarianza factorial según sexo y edad del AAQ-II………………… 73 13. Ficha técnica del Cuestionario ARS…………………………………. 73 14. Índices de ajuste del Cuestionario ARS…………………………….. 75 15. Confiabilidad del Cuestionario ARS…………………………………. 77 16. Invarianza factorial según sexo y edad del Cuestionario ARS…… 78 17. Niveles de la ansiedad y sus dimensiones…………....................... 84 18. Niveles de la evitación experiencial y sus dimensiones…………… 84 19. Niveles de la adicción a las redes sociales y sus dimensiones…… 85 20. Prueba de normalidad de la ansiedad, la evitación experiencial, la adicción a redes sociales y cada una de sus dimensiones………… 86 10 Página 21. Comparación de la ansiedad y sus dimensiones según el sexo……………………………………………………………………... 87 22. Comparación de la ansiedad y sus dimensiones según la edad…............................................................................................ 88 23. Comparación de la evitación experiencial y sus dimensiones según el sexo………………………………………............................ 89 24. Comparación de la evitación experiencial y sus dimensiones según la edad……………………………………………..................... 90 25. Comparación de la adicción a redes sociales y sus dimensiones según el sexo……………………………………................................ 91 26. Comparación de la adicción a redes sociales y sus dimensiones según la edad……………………………………............................... 92 27. Correlación de Spearman entre las variables analizadas y sus dimensiones……………………………………………………………. 93 28. Resumen de modelos de regresión lineal para la adicción a redes sociales…………………………………………………………………. 95 29. Coeficientes de regresión lineal para la adicción a redes sociales........................................................................................... 96 30. Efectos directos e indirectos de la relación…………………………. 97 11 LISTA DE FIGURAS Figura Página 1. Modelo bicausal de la ansiedad………………………………………. 46 2. Modelo de mediación de la evitación experiencial en la asociación ansiedad y adicción a redes sociales………………………………… 48 3. Cargas factoriales del BAI…………………………………………….. 64 4. Cargas factoriales del Cuestionario AAQ-II…………………………. 71 5. Cargas factoriales del Cuestionario ARS……………………………. 76 6. Análisis de redes de las dimensiones de la ansiedad, evitación experiencial y adicción a redes sociales…………………………….. 94 7. Análisis de mediación de la evitación experiencial sobre el efecto de la ansiedad con la adicción a redes sociales……………………. 98 12 INTRODUCCIÓN La etapa universitaria implica asumir nuevas responsabilidades académicas, desarrollar una mayor independencia y estar expuestos a cambios sociales, lo cual puede aumentar la sensación de incertidumbre y tensión. A su vez, las propias demandas que exige la formación también van a estar intensificando las respuestas ansiosas, tal como la sobrecarga de sus deberes, la preparación para los exámenes, los ajustes en los horarios y la realización de prácticas preprofesionales (Seperak-Viera et al., 2021). Por ende, la ansiedad suele estar presente ante estas demandas, afectando negativamente en el bienestar de los estudiantes y en su salud mental. En este contexto, la evitación experiencial juega un papel importante en la exacerbación de la ansiedad, dado que la tendencia a evitar situaciones o actividades que provocan malestar emocional, aunque en el corto plazo pueda proporcionar alivio, a largo plazo refuerza las respuestas ansiosas al impedir que los estudiantes enfrenten y aprendan a manejar sus fuentes de estrés (Hayes et al., 1999; Wilson y Luciano, 2003). Por otro lado, existe un marcado incremento del uso de las redes entre los universitarios, impulsado por la creciente accesibilidad a dispositivos móviles y conexiones a internet que ha surgido en los últimos años (We Are Social y Hootsuite, 2020). Las redes sociales suelen ofrecer una forma aparentemente inagotable de interacción social, acceso a información y entretenimiento, lo que permite que las personas permanezcan más tiempo conectadas (Martín y Medina, 2021). Sin embargo, a medida que los sujetos utilizan de manera continua y desmedida las redes sociales, aprenden que pueden utilizarlas para 13 regular sus emociones y dejar de experimentar respuestas negativas como la ansiedad (Echeburua y Corral, 2010). Por tal motivo, el presente estudio pretende conocer la influencia de la ansiedad y la evitación experiencial sobre la adicción a las redes sociales en universitarios de Lima. La investigación se logra estructurar por medio de seis capítulos. En el primer capítulo se encuentra el planteamiento del problema, el cual finaliza con la presentación de la pregunta de investigación, para seguir con la justificación del estudio, junto con las delimitaciones y las limitaciones encontradas, para finalizar con los objetivos propuestos. Luego, en el segundo capítulo se reportan los aspectos teóricos conformado por los antecedentes, las bases teóricas y la definición de términos, para culminar con las hipótesis. En el tercer capítulo se observa el método, donde se presenta el nivel, tipo y diseño de estudio; así como los participantes (población, muestra y muestreo), la definición de variables (conceptual y operacional), las técnicas e instrumentos de recolección de los datos, y culmina el capítulo con la descriptivos del procedimiento y análisis de los datos. Para el cuarto capítulo se hallaron los resultados alcanzados, iniciando con los hallazgos descriptivos, seguido por el análisis comparativo, de correlación, de regresión múltiple y de mediación o efecto indirecto. En el quinto capítulo se discuten los resultados según los antecedentes y las teorías encontradas. Mientras que para el último capítulo se puede identificar las conclusiones y recomendaciones del estudio, para los estudiantes evaluados. 14 CAPÍTULO I: EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN Dentro del presente capítulo se inicia con el planteamiento del problema, el cual es estructurado desde una perspectiva internacional, latinoamericana y nacional sobre cada una de las variables, finalizando con la pregunta de investigación. Después, se plantearon cada uno de los apartados que conforman la justificación, seguido por las delimitaciones y limitaciones. Se culmina el capítulo presentando el objetivo general y cada uno de los objetivos específicos. 1.1 Planteamiento del problema Diversos estudios indican que la ansiedad es una respuesta negativa que se encuentra relacionada con el uso de las redes sociales (Baltacı, 2019; Lozano-Blasco et al., 2020; Portillo-Reyes et al., 2021). Cuando experimentamos un aumento en las reacciones corporales fisiológicas, emocionales, motoras y sociales, nuestra percepción de bienestar se ve alterada. Para lidiar con estas sensaciones desagradables, cada individuo busca diferentes alternativas para reducirlas, por lo que se considera que la evitación experiencial es el principal mediador que explica la fuerte relación entre ansiedad y adicción a redes. Dicho esto, la evitación experiencial sucede cuando las personas buscan escapar de ciertos eventos y sucesos privados (pensamientos, recuerdos, emociones, sensaciones corporales o predisposición corporal) que causan experiencias negativas; manteniéndose un patrón repetitivo de actuar al momento de enfrentarse ante las demandas de su medio (Hayes et al., 1996). Los sujetos que ejecuten comportamientos de evitación experiencial van a optar por realizar una serie indefinida de acciones, siendo estas muy variadas y con la finalidad de no percibir sensaciones desagradables que aparecen como ideas, 15 sentimientos, emociones, recuerdos o elementos del medio que liberan reacciones negativas, optando por ejecutar comportamientos distractores de diferente índole (Wilson y Luciano, 2002). Al mantener un comportamiento que busca evitar situaciones de tensión o experiencias negativas, las personas llegarán a participar en diferentes tareas que resultan considerablemente más tranquilas o proporcionan sensaciones agradables de forma instantánea con el propósito de aliviar la vivencia de emociones desfavorables, siendo el uso del internet y redes sociales algunos medios que se frecuentan para escapar de situaciones de tensión (Echeburúa y Corral, 2010). Según datos reportados por la We Are Social y Hootsuite (2020) reconocieron que cerca del 60% de la población mundial se mantiene conectado a internet, de los cuales el 89% de usuarios mantiene acceso a redes sociales, contando con un tiempo de uso promedio entre tres a cuatro horas al día aproximadamente; reconociendo que el grupo etario con mayor prevalencia de acceso a redes sociales fueron los jóvenes (90.4%). Así también, la Agencia Española de Noticias (2018) identificó que en España existió un incremento exponencial de 300% en los adolescentes y jóvenes que utilizaban su teléfono celular para acceder a las redes, señalando que el 21.3% de jóvenes manifestaron indicadores elevados de adicción a redes, lo cual se encontraba afectando su desempeño académico. Como es bien sabido, las problemáticas respecto a la población universitaria es afectada por múltiples causas políticas y gubernamentales, tal como reconoce The Times Higher Education (THE, 2020), alrededor del 13% de los estudiantes universitarios de todo el mundo han tenido que interrumpir sus 16 estudios debido a la pandemia por COVID-19, mientras que el grupo más grande que continuó estudiando experimentó un aumento en las respuestas negativas debido a las nuevas condiciones de aprendizaje virtual. Asimismo, según señala la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO, 2020) también existen índices elevados de conectividad a internet y redes sociales, aislamiento social, ansiedad general e implementación de mayores horas de trabajo. A nivel nacional, el Ministerio de Educación (MINEDU, 2020) reportó niveles alarmantes de deserción estudiantil (18.6%) y un mayor índice de universitarios asistiendo de forma virtual para recibir sus clases (81.4%), quienes a su vez presentan alteraciones en diferentes áreas de su vida. La adicción a las redes llega a ser desencadenada por diversos actos o situaciones que aumentan la ocurrencia de la evitación experiencial, tal como señala Ruiz-Ruano et al. (2020) una de las acciones relacionadas a la evitación de experiencias internas negativas se encuentra asociado al uso problemático de las nuevas tecnologías y sus aplicaciones como fuente de bienestar inmediato. La actitud de los universitarios por evitar la ansiedad suele generar una mayor tensión, ya que buscan mantener un control constante sobre aquellos factores que les producen malestar emocional. Este intento por evitar la ansiedad puede intensificar las respuestas fisiológicas y emocionales, dado que no cuentan con un repertorio adecuado de conductas para afrontar la situación estresante (Oblitas y Sempertegui, 2020). El uso frecuente de las redes se encuentra generando a corto plazo sensaciones de placer y bienestar, mientras que a largo plazo trae consigo una posible dependencia que tiene como principales características el incremento del síndrome de abstinencia y la tolerancia. El primero se reconoce luego de un 17 periodo de abstinencia (sin uso de redes), donde experimentan mayor ansiedad y suelen buscar excusas para estar conectados, reduciendo los pensamientos o reacciones fisiológicas; mientras que el segundo se evidencia como el deseo por estar más tiempo utilizando las redes (Echeburúa y Corral, 2010). La respuesta ansiosa se manifiesta de forma fisiológica con la activación del propio organismo que se percibe de forma negativa al presentarse dentro de un periodo reiterativo de tiempo, al deteriorar significativamente la calidad de vida y al carecer de un detonante real (Barlow, 2002). Por lo tanto, es común que muchos estudiantes busquen reducir o evitar por completo los sentimientos de ansiedad mediante comportamientos evitativos. Estas conductas pueden incluir la evitación de situaciones o actividades que provocan ansiedad, el aplazamiento de tareas, la procrastinación, el uso excesivo de redes o videojuegos como una forma de distracción, entre otros. Además, Velásquez et al. (2018) evaluaron a universitarios de Lima Metropolitana y encontraron que la ansiedad tuvo relación con la evitación experiencial, lo que involucró que los estudiantes ejecuten diversas actividades para disipar o reducir las sensaciones negativas, siendo la más frecuente la conexión a redes sociales. Para Guillén (2018) los estudiantes universitarios contaron con una mayor prevalencia de ansiedad y de la estrategia de evitación experiencial; es decir a mayor manifestación de evitación experiencial mayores respuestas ansiosas en los universitarios. De manera semejante, Valencia et al. (2017) identificaron que la evitación experiencial de manera continua y estable se encontraba asociada de manera inversa con la ansiedad, lo cual impide el afrontamiento de las demandas dentro de su contexto universitario. 18 En base a lo reportado, se reconoce como la evitación experiencial puede estar desarrollándose como mediador para las sensaciones de ansiedad y su relación con las redes sociales. Por ello, se plantea como pregunta de investigación: ¿Influye la ansiedad sobre la evitación experiencial y la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima? 1.2 Justificación de la investigación La investigación se justifica de manera teórica debido a que se encontró escasa información sobre la influencia que ejerce la ansiedad sobre la evitación experiencial y la adicción a redes sociales en universitarios, así mismo, se brinda mayor conocimiento sobre los niveles de dichas variables que puedan estar afectando a la población universitaria. Además, se identifican los diferentes modelos teóricos que sustentan y explican la asociación o causalidad directa e indirecta entre las variables. Así también, se cuenta con justificación del tipo práctica puesto que los estudiantes universitarios presentan una serie de complicaciones producto de las consecuencias de un estado de pandemia por el COVID-19, la cual generó mayores niveles de ansiedad en la población universitaria (Sánchez-Carlessi et al., 2021; Sigüenza y Vílchez, 2021). Esto altera la ocurrencia de ciertos hábitos y características de la vida diaria, las cuales van favoreciendo el uso de redes debido a la dificultad para mantener contacto presencial y reduciendo los niveles de ansiedad experimentados. Es por ello, que con los hallazgos se podrán ejecutar programas de intervención y promoción que reduzcan los altos niveles de ansiedad, evitación experiencial y adicción a redes en los participantes evaluados; así también, se podrá diseñar programas de intervención que 19 busquen cambiar los patrones de evitación experiencial que mantengan la adicción a las redes para menguar la sintomatología ansiosa. El estudio es relevante en el plano social debido a que se podrá conocer las problemáticas que los universitarios puedan estar presentando luego de las condiciones de confinamiento debido al COVID-19, y dentro de la normalidad de llevar sus clases de manera presencial. 1.3 Delimitación y limitación de la investigación 1.3.1 Delimitación de la investigación Una delimitación es la relacionada a los participantes, los cuales pertenecen a una universidad privada de Lima Sur y del distrito de Villa El Salvador. Además, el estudio será ejecutado durante un periodo de tiempo de 15 meses entre los años 2020 y 2021, de tal manera que la selección de la muestra se podrá recoger durante el primer semestre del 2023-I. Las variables serán medidas por medio del Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), el Cuestionario de Aceptación y Acción II (AAQ-II) y el Cuestionario de Adicción a Redes Sociales (ARS). 1.3.2 Limitaciones de la investigación El estudio presenta limitaciones de tipo metodológicas debido a que la muestra fue recolectada mediante un proceso de selección no probabilístico ni aleatorizado, motivo por el cual los datos no son representativos para toda la población de estudiantes de la universidad de Lima Sur evaluados. 1.4 Objetivos de la investigación 1.4.1 Objetivo general Determinar la influencia de la ansiedad y la evitación experiencial sobre la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima. 20 1.4.2 Objetivos específicos ▪ Identificar los niveles de la ansiedad en estudiantes de una universidad privada de Lima. ▪ Identificar los niveles de la evitación experiencial en estudiantes de una universidad privada de Lima. ▪ Identificar los niveles de la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima. ▪ Comparar los niveles de la ansiedad en estudiantes de una universidad privada de Lima en función al sexo y edad. ▪ Comparar los niveles de la evitación experiencial en estudiantes de una universidad privada de Lima en función al sexo y edad. ▪ Comparar los niveles de la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima en función al sexo y edad. ▪ Establecer la relación entre la ansiedad, la evitación experiencial y la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima. ▪ Determinar la influencia de las dimensiones de la ansiedad y la evitación experiencial sobre la adicción a las redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima. ▪ Determinar el efecto indirecto de la evitación experiencial sobre la relación de la ansiedad y la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima 21 CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO El presente capítulo se estructura en cuatro subcapítulos, el primero se refiere a los antecedentes más relevantes que guardan similitud con la investigación, los cuales estuvieron organizados desde un aspecto internacional y nacional. Asimismo, se presentan las bases teóricas, donde se reportaron los conceptos y modelos teóricos de la ansiedad, la evitación experiencial y adicción a las redes sociales. Luego, en el tercer subcapítulo se realiza un resumen de los conceptos que ayudan a explicar los resultados del estudio. Por último, se finaliza el capítulo con la presentación de las hipótesis. 2.1 Antecedentes de la investigación Antecedentes internacionales Collantes y Tobar (2023) buscaron la relación de la adicción a redes sociales y la autoestima en 280 universitarios (74.7% mujeres y 25.3% hombres) entre los 17 a 25 años de Abanto – Ecuador. Utilizaron la Escala de Adicción a Redes (SMAS) y la Escala de Autoestima (EAR). Hallaron que el 37.0% tuvo un nivel moderado de adicción a las redes, el 29.5% en bajo y el 18.5% para un nivel elevado. Para la autoestima, el 82.5% contó con un nivel ligeramente bajo y el 13.4% en equilibrado. Para la otra variable, reportaron que no existieron diferencias según sexo (p > .05). Ambas variables se relacionaron de forma inversa (r = -.281, p < .001). Concluyeron que, a mayor adicción a las redes, menores puntuaciones de autoestima. Oñate (2023) analizó la satisfacción académica, la evitación experiencial y la ansiedad generalizada en 196 participantes de diferentes universidades de Ecuador. Evaluó con el Cuestionario AAQ-II, la Escala de Ansiedad de Hamilton 22 (HARS) y la Escala de Satisfacción Académica (ESA-8). Encontró que existió diferencias para el sexo en cuanto a la evitación experiencial y la ansiedad (p < .05), donde las mujeres contaron con mayores puntuaciones. Además, existe relación directa entre la evitación experiencial y la ansiedad (rho = .740, p < .05) y de forma inversa para la satisfacción académica (rho = -.362, p < .05). En cuanto al análisis de mediación, reportó que la evitación experiencial estuvo explicando en mayor medida el efecto de la satisfacción académica con la ansiedad generalizada (p < .001). Concluyó que a mayores puntajes de evitación experiencial, mayor ansiedad y menor satisfacción académica. Zhao et al. (2022) investigaron la influencia de los factores demográficos (edad y sexo), la impulsividad, la autoestima, las emociones y el sesgo de atención sobre la adicción a redes sociales en 520 estudiantes (53% mujeres y 47% varones) entre los 16 a 23 años de universidades estatales chinas. Aplicaron la Escala SMAS, la Escala de Impulsividad de Barrat, la Escala EAR, la Escala de Autoevaluación de la Ansiedad y Depresión de Zung, la Escala de Ansiedad de Interacción, la Escala de Soledad de la UCLA y el Inventario de Atención Positivo y Negativo. La adicción a las redes sociales estuvo relacionada de forma directa con la soledad (r = .33, p < .05), la atención a la información negativa (r = .45, p < .05), ansiedad social (r = .42, p < .05), depresión (r = .41, p < .05), ansiedad (r = .41, p < .05) e impulsividad (r = .34, p < .05); mientras que la autoestima estuvo relacionada de forma inversa (r = -.33, p < .05). En el modelo de regresión múltiple encontraron que el género, la impulsividad, la ansiedad y la ansiedad social se encontraron prediciendo la adicción a redes, con una varianza explicada de 38%. 23 Portillo-Reyes et al. (2021) en Juárez-México, investigaron la adicción a redes, la ansiedad y autoestima en 100 participantes de pregrado entre los 18 a 44, para ambos sexos. Utilizaron el Cuestionario ARS-24, la Escala AMAS-A y la Escala EAR. Encontraron relación de tendencia directa entre la adicción a redes y la ansiedad (rho = .518, p < .05), mientras que para la autoestima la relación fue inversa (rho = -.399, p < .05). Se concluyó que a mayor adicción a redes menor autoestima y mayor ansiedad. Aslan (2020) realizó un estudio en Turquía, con las variables de defusión cognitiva, depresión, atención plena y evitación experiencial sobre la adicción al internet en 640 universitarios (68.9% mujeres y 31.1% varones) de 18 a 33 años pertenecientes a universidad privadas y públicas de la ciudad de Gaziantep. Aplicó la Escala de Adicción al Internet Abreviada (YIAT-SF), la Escala de Defusión de Drexel (DDS), el Inventario de Depresión de Beck (BDI), la Escala de Consciencia de la Atención Consciente (MAAS) y el Cuestionario de Evitación Experiencial – 30 (MEAQ-30). Reconoció relación directa entre la adicción al internet con la depresión (r = .382, p < .05) y las dimensiones de la evitación experiencial de aversión a la angustia (r = .171, p < .05), procrastinación (r = .249, p < .05) y represión / negación (r = .322, p < .05); mientras que la relación fue negativa con la defusión cognitiva (r = -.144, p < .05) y la atención plena (r = -.316, p < .05). En cuanto a la regresión identificó que la defusión cognitiva, la depresión, la atención plena y la evitación experiencial influye en un 22.3% sobre la adicción al internet. Lozano-Blasco et al. (2020) en España, investigaron la relación entre la adicción a redes sociales y la ansiedad en 361 estudiantes de distintas universidades de La Mancha, Cataluña y Valencia, de 18 a 65 años. Utilizaron el 24 Cuestionario ARS-24 y el Inventario de Ansiedad BAI. Encontraron mayor presencia para el nivel medio de la adicción a redes y la ansiedad, además reportaron relación entre ambas variables (rho = .232, p < .01). La regresión arrojó valores significativos (R2 = 7.6%, β = -.276, p < .05) donde la adicción a redes influye sobre la ansiedad. Ruiz-Ruano et al. (2020) analizaron la relación entre la evitación experiencial y el uso abusivo del teléfono móvil en 1176 universitarios de la ciudad de Murcia-España, de 16 a 82 años, siendo más de la mitad de estudiantes del sexo femenino (828 participantes). Aplicaron el Cuestionario AAQ-II y la Escala de Adicción al Smartphone (SAS-SV). Encontraron relación directa entre la evitación experiencial y el uso abusivo del teléfono móvil, así como también con el tiempo de conexión y la aplicación preferida. Concluyeron que a mayor presencia de evitación experiencial mayores niveles de un uso abusivo del smartphone. Varchetta et al. (2020) analizaron la relación entre la adicción a redes sociales, el miedo a perderse algo y la vulnerabilidad en línea en 306 universitarios de Roma – Italia (50.3% hombres y 49.7% mujeres), entre los 18 a 30 años. Utilizaron la Escala de Compromiso en las Redes (SMES), la Escala de Adicción a las Redes (BSMAS), la Escala de Miedo a Perderse Algo (FOMO), la Escala de Necesidades Psicológicas Básicas (BPNS), la Escala de Autoestima de Rosenberg y la Escala de Vulnerabilidad en Línea. Demostraron que la adicción a redes estuvo relacionada de forma directa con el compromiso en las redes sociales (r = .48, p < .05), miedo a perderse algo (r = .77, p < .05) y vulnerabilidad en línea (r = .22, p < .05); además, existió una relación inversa con la autonomía (r = -.48, p < .05), las competencias (r = -.46, p < .05) y el apoyo 25 psicológico (r = -.42, p < .05). Sin embargo, la adicción a redes fue mayor en las mujeres (M = 4.70) en comparación de los varones (M = 5.05). Esta variable es explicada en un 58.6% por la ocurrencia del miedo a perderse algo (β = .61, p < .001) y el compromiso a las redes sociales (β = .27, p < .001). Concluyeron que, a puntajes elevados de adicción a redes, mayor miedo a perderse algo y mayor compromiso a las redes. Baltacı (2019) determinó la asociación entre la adicción a redes sociales, la ansiedad social, soledad y felicidad en 312 estudiantes, el 53% mujeres y el 47% varones de una universidad de Turquía. El estudio fue de alcance explicativo. Usó la Escala SMAS-AF, la Escala de Ansiedad Social (SAS), el Formulario Breve del Cuestionario de Felicidad de Oxford (OHQ-SF) y el Formulario de Soledad (ULS-8). Encontró relación entre la adicción a redes sociales con la ansiedad social (rho = .417, p< .05), soledad (rho = .185, p < .05) y felicidad (rho = -.298, p < .05). La adicción a redes fue explicada en un 18% por la ansiedad y un 19.6% para la felicidad, además, incluyendo la soledad el modelo incrementó a un 20% de la varianza explicada. Antecedentes nacionales Martínez (2021) buscó la relación entre la ansiedad y la ansiedad social en 449 estudiantes de Lima Sur en derecho y psicología. Aplicó el Inventario IDARE y el Cuestionario de Ansiedad Social (CASO-A30). Halló que el 45.6% contó con ansiedad estado en promedio, el 54.1% para ansiedad rasgo y el 51% para ansiedad social. Señaló que la ansiedad estado - rasgo y social no tuvo diferencias respecto al sexo (p > .05). En cuanto a la edad, existieron diferencias para las variables, con mayor ansiedad para quienes contaron con edades intermedias de 25 a 30 años y para los de derecho (p < .05). Existe relación entre 26 la ansiedad social con la ansiedad estado (r = .220, p < .001) y rasgo (r = .153, p < .001). Concluyeron que a mayor ansiedad estado y rasgo, mayores niveles de ansiedad social. Sánchez-Carlessi et al. (2021) analizaron la asociación entre la ansiedad, la somatización, la depresión y la evitación experiencial en 1264 estudiantes de 11 universidades peruanas que recibían clases virtuales. Emplearon el Inventario de Comportamiento Psicosocial Desajustado (ICPD), el cual se comprende por 10 instrumentos, y evaluaron el Cuestionario AAQ-II. Encontraron que el 48.8% contó con un nivel bajo de ansiedad, el 55% de depresión y el 70% de somatización; seguido por el 42.4%, 36.2% y 27.1% en el nivel medio respectivamente. En cuanto a la evitación experiencial, la mayoría de estudiantes tuvo un nivel raramente (31.4%), seguido por a veces (24.6%) y muy raramente (20.1%). Además, los niveles elevados de ansiedad y evitación experiencial estuvieron asociado de forma significativa con el sexo femenino, con los estudiantes de ingeniería, menores edades (15 a 20 años) y en estudiantes de provincia. Concluyeron que los niveles de ansiedad y evitación experiencial fueron mayores para el nivel medio. Núñez-Guzmán y Cisneros-Chávez (2019) estudiaron la adicción a redes y la procrastinación académica en 220 estudiantes de Arequipa, de 16 a 21 años. Aplicaron el Cuestionario de Adicción a Redes Sociales (MEYVA) y el Inventario de Procrastinación Académica (EPA). Hallaron que el 40% tuvo una moderada adicción a redes y el 15.4% en grave; asimismo, existe mayor nivel medio de procrastinación académica (39%), seguido por un nivel bajo con 27.8%. Existe relación directa entre dichas variables (rho = .977, p < .05). Concluyeron que, a mayor presencia de adicción a redes sociales, mayor procrastinación académica. 27 Velásquez et al. (2018) en Lima-Perú, analizaron las variables evitación experiencial, rumiación e impulsividad en 2859 universitarios de diversas carreras. Aplicaron el Cuestionario AAQ, la Escala de Impulsividad (BIS-11) y la Escala de Respuestas Rumiativas (RRS). Encontraron relación directa entre la evitación y la rumiación (rho = .662, p < .01), la impulsividad (rho = .410, p < .01) y entre la rumiación y la impulsividad (rho = .471, p < .01). Concluyeron que a mayor presencia de evitación experiencial mayor rumiación e impulsividad. Guillén (2018) investigó la evitación experiencial y la ansiedad en 183 universitarios de Lima Metropolitana, de 18 a 36 años con el 70% mujeres y 30% varones. Aplicó el Cuestionario AAQ-II y el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA). En cuanto a sus resultados reportó mayor prevalencia para el nivel medio de ambas variables de estudio; sin embargo, identificaron relación directa para ambas (rho = .569, p < .05). Concluyó que a mayor presencia de evitación experiencial mayor ansiedad. Valencia et al. (2017) analizaron la existencia de relación entre la evitación experiencial, el afrontamiento y la ansiedad en 284 estudiantes de pregrado de Lima Metropolitana, de 16 a 30 años (56% femenino y 44% masculino). Aplicaron el Cuestionario AAQ-II, el Cuestionario de Afrontamiento Breve (COPE) y el Inventario de IDARE. Encontraron diferencias para la evitación experiencial y la ansiedad estado - rasgo según el sexo (p < .05), donde los varones tuvieron una mayor evitación experiencial y las mujeres mayor ansiedad. Además, existió relación directa entre la evitación experiencial con la ansiedad estado (rho = .638, p < .05), rasgo (rho = .787, p < .05) y la autoculpa (rho = .529, p < .05); y relación de tipo indirecta con la baja actitud a la resolución de problemas (rho = -.439, p < .05). Reportaron que la ansiedad rasgo (β = .64, p < .001) y la evitación 28 experiencial (β = .15, p < .05) explicaron un 57% la presencia de ansiedad estado. Concluyeron que a mayor evitación experiencial mayor ansiedad estado- rasgo, mayor autoculpa y menor presencia de solución de problemas. 2.2 Bases teóricas 2.2.1. Ansiedad Aproximación conceptual de la ansiedad Para concebir la ansiedad es necesario reconocer que existen diferentes posturas y acercamientos sobre su definición, llegando incluso a denominarlo de múltiples formas (respuesta, rasgo de personalidad, síntoma, reacción emocional, estado, experiencia interna, entre otros). Sin embargo, se va tomando en consideración aspectos comunes que consisten en la manifestación de una respuesta fisiológica, conductual y cognitiva en base a ciertas experiencias en particular, denotando una respuesta compleja por parte del sujeto, la cual se manifiesta de forma emocional y con un fin adaptativo (Sierra et al., 2003). Para Barlow (2002) la ansiedad se considera como una emoción que va a estar orientada hacia aspectos futuros, comprendida por una visión enfocada a no tener el control o no lograr predecir lo que les vaya a suceder, en especial eventos o suceso que son potencialmente aversivos y requieren de un cambio drástico del foco atencional para emitir una respuesta adaptativa. Distingue su diferencia del miedo, el cual lo denomina como una respuesta primitiva que alerta de un potencial peligro, caracterizado por una activación fisiológica que prepara al organismo para actuar y realizar una determinada acción. De otra forma, para Clark y Beck (2012) se define como una respuesta emocional provocada por el miedo, a diferencia del miedo, que es la valoración 29 de un posible peligro real o potencial. Por ello, la determinan como un sistema complejo donde actúan diferentes componentes en su respuesta (fisiológico, comportamental, afectivo y cognitivo), los cuales preparan a la persona frente a un estado de amenaza para responder de manera adaptativa, siendo activados al percibir situaciones, sucesos o circunstancias como incontrolables e imprevisibles. Se entiende a la ansiedad como una respuesta cognitiva que enfatiza en los recuerdos negativos debido a una anticipación polarizada de eventos próximos en el tiempo, los cuales pueden ser manifestados a corto o largo plazo (Spielberger, 1972). Los sujetos que mantienen un mayor grado de ansiedad tienden a distorsionar la información que perciben a través de sus sentidos, dejando de lado eventos que pudieran ser significativos y prestando mayor atención a las sensaciones negativos ejercidas por otros sujetos, lo cual intensifica y maximiza la sintomatología ansiosa. Por lo tanto, para dicho autor la ansiedad genera una interpretación errónea de su medio, ocasionando miedo y temor a experiencias que en realidad no lo ameritan. Modelo teórico de la ansiedad estado-rasgo de Spielberger El presente modelo teórico permite una mayor comprensión de ciertos componentes que están involucrados dentro de las respuestas denominadas como inadaptadas, de tal manera que existe una propuesta teórico-empírica donde se clasifica a la ansiedad en dos dimensiones (ansiedad-rasgo y ansiedad-estado). El primer tipo determina una respuesta ansiosa producto de características individuales como la personalidad, mientras que la segunda se refiere a un estado momentáneo de ansiedad producido por un evento o situación específica. Por tal motivo, se le considera como un problema que 30 engloba dos vertientes necesarias de predecir para la protección del bienestar psicológico (Spielberger, 1972). La respuesta de ansiedad es espontánea, involuntaria y se intensifica según las experiencias de alto riesgo y de mayor intensidad que haya podido presenciar cada sujeto a lo largo de su vida, de tal forma que los estímulos anteriormente considerados como neutros son asociados con eventos amenazantes y se transforma en estímulos detonantes de comportamientos ansiosos (Lozano-Blasco et al., 2020). Bajo esta perspectiva, se entiende que la ansiedad varía en cada individuo, donde para algunos el involucrarse en eventos sociales son detonadores de tensión, mientras que para otros es el hecho de no realizar actividad alguna (Sierra et al., 2003). Sin embargo, Spielberger (1972) considera que la ansiedad cuenta con dos componentes, uno que tiene un patrón estable a lo largo del tiempo y otro momentáneo producto de un contexto situacional en específico. Estos dos aspectos determinan las siguientes dimensiones de la ansiedad: ▪ Ansiedad-rasgo (A-R): Se considera como una respuesta o tendencia estable a lo largo del tiempo, puesto que se presentan ciertos rasgos de personalidad que permite responder de forma semejante ante diversos contextos de tensión o estrés. Los niveles elevados de ansiedad como rasgo por lo general suelen mantener mayor intensidad de ansiedad como estado (Spielberger, 1972). ▪ Ansiedad-estado (A-E): Se conoce como una respuesta momentánea y espontánea que perciben las personas ante situaciones amenazantes. Además, detona mayores comportamientos de índole fisiológico, emocional, social, motor y cognitivo (Spielberger, 1972). 31 Modelo conductual de la ansiedad Uno de los primeros aportes de la ansiedad se fundamenta desde el condicionamiento clásico, donde es considerada como una respuesta emocional condicionada debido a que se origina por la asociación de un estímulo aversivo (p. ej. terremotos, robo, entre otros) con un estímulo neutro, de forma que este último adquiere ciertas propiedades aversivas a tal punto de generar consecuencias semejantes como el estado de tensión y ansiedad (Moreno, 2008). Luego, a raíz del modelo operante, se entiende a la ansiedad como una clase de respuesta que explica su mantenimiento producto de las consecuencias experimentadas, bien sea como castigo o reforzador (Anicama, 2010). Dentro del presente modelo, la ansiedad se entiende como una conducta aprendida que a su vez cuenta con un componente emocional y fisiológico, puesto que ante ciertas circunstancias se detona de forma inmediata al existir eventos aversivos, mientras que en otras se produce por un condicionamiento clásico o instrumental (Casey et al., 2001). En mayor medida, la ansiedad que tiene como consecuencia respuestas inadaptadas llega a ser aprendida a lo largo de la vida, producto de una asociación de estímulos, factores reforzantes o castigadores, e inclusive bajo una perspectiva vicaria que se basa en un aprendizaje por medio de modelos sociales (Tobal y Cano, 1986). Característica de la ansiedad Para comprender en mayor medida las características de la ansiedad, se debe de realizar un análisis de los sujetos que cuenten con una alta y problemática angustia psicológica, ya que pueden percibir una mayor tensión frente a eventos adversos, mientras que los sujetos que se regulan emocionalmente manifiestan menor respuesta autonómica detonante de 32 síntomas ansiógenos (Casey et al., 2001). La ansiedad se entiende como un estado psicológico que detona reacciones fisiológicas negativas, al igual que positivas, dado que permite la rápida actuación ante eventos estresantes (Oblitas y Sempertegui, 2020). Muchas veces quienes experimentan ansiedad distorsionan la realidad que perciben por medio de sus sentidos a través de las cogniciones, ya que cuentan con experiencias anteriores que alteran la expresión real de un evento vivido y generan pensamientos negativos que activan al organismo a responder de forma ansiosa como si se estuviera experimentando una situación aversiva real a la cual debe de escapar (Pereyra, 2008). Es por ello que los ansiosos tienden a percibir en mayor medida las señales mínimas de peligro, actuando de forma preventiva y evitativamente para no responder de manera ansiosa ante futuros eventos que no suceden aún, inclusive otros reconocen dichos eventos como situaciones de baja intensidad (Casey et al., 2001). Así como existen características de tipo cognitivo en quienes cuentan con ansiedad, también existen aspectos emocionales de alta intensidad que generan reacciones fisiológicas como dolores de cabeza, aceleración de ritmo cardiaco, mayor sudoración, temblores en el cuerpo, entre otros (Lozano-Blasco et al., 2020). Estas características son producidas por un incremento de emociones de ira, miedo o temor, las cuales llegan a intensificarse hasta manifestar ataques de pánico, donde la persona se queda estática con una gran percepción de ansiedad a tal punto de querer escapar del evento ansioso. Al persistir la ansiedad durante periodos largos de tiempo, muchos optan por alejarse de todo evento que le parezca elicitador de respuestas ansiosas, llevando una vida de 33 mayor sufrimiento al no poder experimentar de forma normal todo tipo de situaciones (Tobal y Cano, 1986). El patrón continuo de evitar experiencias estresantes suele ocasionar una baja percepción de ansiedad, la cual es ejecutada con la intención de dejar de manifestar emociones y sensaciones negativas (Sigüenza y Vílchez, 2021). Sin embargo, llegan a aislarse de los eventos agradables que involucran un mínimo riesgo como el salir a la calle, tener que llamar por teléfono o escribir un mensaje, negándose a enfrentar sus temores por optar involucrarse con una estrategia de afrontamiento de constante evitación (Oblitas y Sempertegui, 2020). Moreno (2008) la determina como una respuesta adaptativa que permite al individuo enfrentarse a eventos nuevos y facilitar la huida de situaciones que atenten contra su vida e integridad. El problema estaría si este estado permanece a mediano y largo plazo, fomentando ocurrencias desagradables para un desarrollo personal, en formación de relaciones sociales o en el ámbito familiar, académico y laboral. Por ello, se evidencia a la ansiedad como una respuesta que todos los sujetos cuentan en una primera interacción frente a eventos desconocidos, permitiendo alejarse del evento nuevo o tolerarlo hasta que no detone reacciones ansiosas (Lozano-Blasco et al., 2020). 2.2.2. Evitación experiencial Definiciones El término de evitación experiencial parte desde un nuevo punto de vista clínico para visualizar los trastornos complejos y comórbidos en base a una deficiencia en el término de clasificación de los grandes manuales de criterios diagnósticos, de tal modo que en base a la perspectiva funcional que propone Hayes et al. (1996) surge la evitación experiencial como una problemática 34 transdiagnóstico, la cual va a implicar una serie de problemáticas y deficiencias que anteriormente se podrían denominar como un cuadro muy complejo con múltiples comorbilidades. En base a lo mencionado, la evitación experiencial busca explicar la funcionalidad de la conducta y fue definida como el rechazo que mantiene la persona al interactuar con sus experiencias privadas, de tal forma que al percibir algún tipo de pensamiento o emoción desagradable van a estar ejecutando una serie de acciones que mantienen la finalidad de evitar su involucramiento con dichos procesos, generando mayores sensaciones desagradables ante el evento rechazado y el mantenimiento del mismo (Hayes et al., 1996). La evitación experiencial va a delimitar una gran variedad de acciones que los individuos realizan con el objetivo de evitar el involucramiento con la experiencia, buscando alejarse del contacto directo con sus valores debido a la reducción de malestar de modo inmediato, pero a largo plazo genera mayores sensaciones de tensión y rechazo de aspectos particulares de la vida, como el goce por percibir las situaciones negativas como lección de aprendizaje para manejarlo mejor en su próxima aparición (Wilson y Luciano, 2002). Desde una perspectiva de la Teoría de Marcos Relacionales (TMR) se define a la evitación experiencial como una dimensión funcional que subyace y forma parte de diferentes trastornos, puesto que se basa en una nueva manera de entender los fenómenos psicológicos. Las conductas de evitación son productoras de un alivio momentáneo y breve, lo que comprenden como un efecto boomerang dado que con el pasar del tiempo el malestar regresa con mayor intensidad (Luciano y Sonsoles, 2006). 35 Para Maero (2019) la evitación experiencial cuenta con limitación al explicar la funcionalidad de la conducta, de tal manera que la concepción conocida como la forma de esquivar las experiencias internas del sujeto queda corta, por el cual lo determinaría como un fenómeno que sucede al momento en que la persona intenta cambiar la frecuencia en que suceden sus experiencias privadas, tomando alternativas para cambiar la probabilidad de ocurrencia del evento (conducta de escape) o los contextos de ocurrencia, lo cual produce dificultades en la calidad de vida y su actuación placentera. Modelos teóricos de la evitación experiencial El término de evitación experiencial es propuesto por Hayes et al. (1996) bajo un modelo transdiagnóstico, ya que lo conciben como una nueva modalidad de agrupar y consignar una gran variedad de comportamientos que comparten las mismas funciones (evitar o dejar de percibir experiencias internas), a diferencia de los criterios diagnósticos que se encuentran fundamentados por el modelo médico. El modelo teórico que fundamenta la evitación experiencial es el contextualismo funcional y la TMR, la primera explica que el comportamiento de todo individuo está relacionado al ambiente o contexto donde se encuentra, y la segunda se refiere a que todo ser humano puede aprender a clasificar y relacionar estímulos a través del lenguaje. Esto se utiliza desde un enfoque de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) la cual enfatiza que el sufrimiento humano se debe a una evitación experiencial producto de la fusión cognitiva y la carencia de aceptación y compromiso para una vida plena, basada en valores y significativa (Wilson y Luciano, 2002). 36 Factores que desarrollan la evitación experiencial La evitación experiencial se comprende como aquel patrón de conductas que se realizan con la finalidad de reducir las emociones negativas, de tal manera que van a contar con una amplia variedad de comportamientos inmediatos que alivien el malestar; sin embargo, a largo plazo va a estar produciendo un distanciamiento de sus valores, motivo por el cual van a existir diferentes términos que se encuentren desarrollando una mayor evitación experiencial (Barboza, 2017; Velásquez et al., 2018). Uno de las primeras formas de aprendizaje de comportamientos y patrones de evitación depende de cómo se reacciona y afrontan los problemas según sus patrones de comportamientos anteriores dentro de su vida diaria, de tal modo que al experimentar comentarios negativos por sus familiares van a estar desarrollando situaciones deficientes para el aprendizaje a futuro de estrategias de afrontar el problema (Wilson y Luciano, 2002). El aprendizaje por imitación también constituye el modo de actuar de un cierto grupo de sujetos, ya que al presenciar que los demás enfrentan sus temores con evitación, van a optar por realizarlo igualmente, mientras las consecuencias inmediatas no afecten el desarrollo de sus valores personales (Luciano y Hayes, 2001). El hecho que se experimenten en primera instancia solo situaciones negativas de su contexto o ambiente donde se encuentran van a generar una mayor facilidad para poder actuar en base a la evitación de experiencias cognitivas, mientras que los estudiantes que afrontan positivamente los problemas con su ejecución inmediata y resolución van a contar con alternativas más efectivas para su mantenimiento (Ekşi, 2019; Valencia et al., 2017). 37 Características de la evitación experiencial Esta variable se manifiesta como la búsqueda de escapar de experiencias privadas, las cuales son generadas por diversos estímulos ambientales o por el sujeto mismo, de tal forma que al mantener dichas reacciones buscan diferentes alternativas para dejar de sentir el malestar. Sin embargo, los comportamientos que ejerzan para experimentar sensaciones agradables que interfieran con los sucesos privados van a estar disminuyendo el malestar a corto plazo, pero con el pasar del tiempo incrementan las conductas indeseadas y una mayor percepción del evento desagradable (Hayes et al., 1999). Según lo reportado por Wilson y Luciano (2002) la evitación experiencial se comprende por las siguientes características: ▪ Es de naturaleza verbal: La presente característica se refiere a que la evitación experiencial es un proceso de autorregulación que se manifiesta de forma verbal, es decir, la persona va a contar con la capacidad de optar por alternativas de solución ineficaces, pero que al acompañar con argumentos verbales pueden adoptar la propiedad funcional de dichas verbalizaciones. Además, señalan dicha característica como una trampa verbal que mantiene el patrón de comportamientos negativos, puesto que, al ejercerlos y experimentar sensaciones de bienestar a corto plazo, van a creer que cuentan con estrategias efectivas para reducir los sucesos privados incómodos, lo cual a largo plazo va a interfirió con el bienestar. ▪ Es una clase disfuncional limitante: Al ser una clase funcional, esto quiere decir que van a existir diferentes manifestaciones topográficas que van a contar con el mismo patrón de respuesta ante los eventos percibidos como desagradables, de tal manera que los sujetos van a experimentar una serie 38 de comportamientos que retire el estímulo aversivo o que impida la experimentación de sensaciones desagradables a corto plazo. El hecho de contar con una gran cantidad de habilidad respecto a la evitación va a favorecer la satisfacción de la persona y el mantenimiento por el principio de reforzamiento negativo de estrategias de afrontamiento deficientes, las cuales constituyen un determinado plan para evitar los eventos privados. 2.2.3. Adicción a redes sociales Definiciones La adicción a las redes sociales es considerada un hábito perjudicial en el uso de estas plataformas debido a que las personas no pueden distinguir entre su uso recreativo y su uso excesivo, lo que resulta en el uso continuo durante varias horas del día y en consecuencias negativas, como las relaciones familiares o en el cumplimiento de sus actividades diarias (García, 2013). De acuerdo con Choque (2008), quienes desarrollan adicción a las redes presentan dificultades en sus relaciones con los demás, tienen dificultades para ser asertivos y experimentan poco éxito en su vida social fuera del mundo virtual. Estas dificultades generan problemas para interactuar con los demás y en algunos casos, suele afectar el sistema de motivación diurno y el ritmo del sueño. Las dificultades interpersonales son el resultado de una baja autoimagen, autoestima y autoconcepto, lo que impide que se sientan cómodos entablando conversaciones de manera presencial y prefiera utilizar las redes como forma de reducir las sensaciones negativas asociadas con la interacción social directa. La adicción a Internet se define como una serie de comportamientos recurrentes y compulsivos relacionados con el acceso a redes y la conectividad en línea. A través de estas plataformas, muchos sujetos logran interactuar con 39 otros individuos, encontrar entretenimiento, distracción o incluso abrirse emocionalmente, lo que provocaría un alto grado de placer que los usuarios buscan experimentar de manera repetitiva. El placer que obtienen al estar pendientes de las redes sociales se incrementa en función del contenido del mensaje o del tema de conversación, lo que a su vez está influenciado por características propias como el rasgo de personalidad (Harlfuch et al., 2010). No obstante, en este estudio se utiliza la definición propuesta por Escurra y Salas (2014) que la conceptualiza como un patrón disfuncional de abuso de las mismas. Según esta definición, a medida que su uso aumenta, la persona puede perder el control sobre el tiempo que dedica a las redes, interfiriendo dentro de otras áreas de su vida. Modelos teóricos de la adicción a redes sociales Esta problemática es un fenómeno cada vez más estudiado y preocupante en la sociedad actual (Marín-Díaz et al., 2019). En este sentido, dos de los modelos teóricos más relevantes que se han propuesto para explicar este problema son los desarrollados por Escurra y Salas (2014), por un lado, y por Echeburúa y Corral (2010), por otro. De tal forma, que en los siguientes apartados se detalla sobre dichos modelos. Modelo teórico de la adicción a redes sociales de Escurra y Salas Escurra y Salas (2014) consideran que el uso de las redes sociales es una exigencia del entorno externo que ha sido impulsado por los avances tecnológicos recientes. Esto ha resultado en un cambio constante de los hábitos sociales que llega a afectar negativamente el desarrollo óptimo de los individuos; además, el fácil acceso a redes y la posibilidad de obtener placer a través de ellas, ha contribuido a un mayor nivel de conectividad. 40 La necesidad de interactuar socialmente es una realidad innegable para los seres humanos, y es por eso que cada vez más personas de todas las edades recurren a las redes para satisfacer su necesidad de socializar. Sin embargo, el uso excesivo de estas plataformas dificulta el establecimiento de relaciones sociales directas o presenciales, lo que puede resultar problemático en algunos casos (Balseca, 2018). Escurra y Salas (2014) proponen la existencia de tres dificultades o dimensiones dentro de la adicción a redes, las cuales son: ▪ Obsesión: Es la inclinación por enfocar la mayoría de los pensamientos en la conectividad a redes, con una preocupación constante por la disponibilidad y comodidad para conectarse a las redes, lo que resulta en una falta de atención hacia las experiencias fuera del mundo virtual. ▪ Falta de control: La dimensión en cuestión se refiere a la incapacidad para controlar el uso de redes, llevándolo a permanecer conectado incluso en situaciones inapropiadas o a pesar de las consecuencias negativas que haya experimentado anteriormente. ▪ Uso excesivo: Se refiere al uso constante y repetitivo de las redes, de tal manera que la persona se dedica la mayor parte de su tiempo a interactuar dentro de ellas, optando por utilizarlas en múltiples áreas de su vida, como el educativo, social, de pareja, familiar, entre otros. Modelo teórico de la adicción a redes sociales de Echeburúa y Corral Echeburúa y Corral (2010) sostienen que un uso excesivo de las redes genera desadaptabilidad, lo cual se convierte en un problema significativo cuando esta acción genera consecuencias negativas para quien la realiza. Por tanto, al utilizar las redes para fines laborales o de marketing, no deben ser 41 consideradas un trastorno psicológico. No obstante, si el uso excesivo causa problemas para el individuo, requiere tratamiento psicológico. Los autores señalan que la adicción a las redes comparte los mismos criterios que la adicción al juego patológico (Echeburúa y Corral, 2010), con similitudes en las dimensiones que se mencionan a continuación: ▪ Saliencia: Sustitución de otras actividades por la conexión a las redes como la principal actividad de la vida diaria, llevándolo a dejar de lado otras actividades consideradas importantes (académicas, sociales, etc.). ▪ Tolerancia: La dimensión descrita se refiere a la necesidad de permanecer conectado por largos períodos de tiempo para experimentar sensaciones placenteras, lo que a su vez requiere mejorar las condiciones de su conexión a las redes mediante dispositivos tecnológicos más avanzados. ▪ Cambios de humor: Se caracteriza por cambios de ánimo cuando no están conectadas a las redes o se les impide el acceso a ellas, manifestando emociones negativas y comportamientos irritables. ▪ Conflicto: Suelen experimentar múltiples consecuencias negativas en distintos aspectos de su vida, incluyendo problemas en su vida social, familiar, académica o laboral. ▪ Síndrome de abstinencia: Se relaciona con los efectos psicológicos y físicos que experimenta una persona cuando no está conectada a las redes sociales durante un período prolongado, lo que resulta en una variedad de estados emocionales y fisiológicos que se disipan cuando vuelven a conectarse. 42 ▪ Recaída: Después de un período de abstinencia o restricción del uso de las redes, existe la posibilidad de que los usuarios vuelvan a utilizar desmedidamente las redes, lo que lleva a una reaparición de forma paulatina de las complicaciones experimentadas con anterioridad. Factores asociados a la adicción a redes sociales El uso excesivo y poco saludable de las redes permite experimentar síntomas típicos de otras adicciones, tales como las relacionadas con las sustancias, provocando efectos negativos dentro de múltiples áreas de su vida. No obstante, si se emplean de manera adecuada, las redes suelen resultar útiles para consultar sobre información, contactar con otros sujetos y establecer relaciones amicales (Martín y Medina, 2021). Estas ofrecen una gran facilidad de expresión y contacto en el ámbito académico y profesional, ya que permite a autores de diferentes países mantener una comunicación fluida y constante, lo que enriquece y complementa los conocimientos más allá de las limitaciones poblacionales o geográficas (Balseca, 2018). Los sujetos que usan las redes sociales de manera excesiva mantienen una fuerte necesidad de ser reconocidos y tomados en cuenta por un gran número de personas. Este comportamiento se encuentra correlacionado y genera consecuencias significativas en la calidad de vida, independientemente del tiempo que se conectan a las redes, no pueden desarrollar sus actividades diarias con normalidad, pierden grandes cantidades de tiempo, optando por una vida dentro de las redes y con poco contacto social (Cevallos, 2019). Si no se utiliza de manera responsable y se establece un horario adecuado, el uso de las redes con fines recreativos y de ocio llega a ser perjudicial, ya que retrasa la ejecución de las tareas académicas o laborales. 43 Quienes están constantemente conectadas a sus redes sociales experimentan una gran sensación de satisfacción al ser aprobados y valorados por los demás, como consecuencia, suelen responder rápidamente a los mensajes o comentarios en las redes, y sienten un mayor placer al ver que su contenido o acciones son visualizados por un mayor número de usuarios (Vandana, 2016). Mantenimiento y desarrollo de la adicción a redes sociales Dicha variable se encuentra determinada por patrones de comportamiento que se aprenden a lo largo del tiempo, los cuales son moldeados por su crianza y factores sociales (Marín-Díaz et al., 2019). Estos patrones incluyen prácticas negativas que se vuelven habituales y logran afectar su autocontrol para regular un uso efectivo y saludable de las redes (Menéndez y Moral, 2020). Los comportamientos adictivos mantienen sus raíces en el hogar, donde múltiples factores influyen en su desarrollo. Uno de los principales factores es la existencia de modelos negativos que fomentan el uso excesivo y cotidiano de las redes, siendo en algunos casos los padres quienes también las utilizan de manera frecuente (Mendoza y Vargas, 2018). Esto lleva a que los hijos crezcan viendo el acceso a las redes sociales como algo normal y cotidiano, deseando poder acceder desde tempranas edades (Tur-Porcar et al., 2019). Por otro lado, la falta de conocimiento de los padres los lleva a permitir que sus hijos experimenten por sí mismos la conectividad de las redes sociales, lo que los expone a diversos desafíos y a la obtención de gratificaciones que no se presentan en las interacciones sociales convencionales (Peñalba e Imaz, 2019). La falta de una estructura familiar sólida llega a afectar con el cumplimiento de normas y reglas claras por parte de los miembros de la familia, lo cual da lugar a que algunos de ellos incumplan dichas normas sin sufrir las 44 consecuencias negativas correspondientes, ya que la supervisión en el hogar suele ser escasa (Medrano et al., 2017). Aunque el entorno familiar se reconoce como el principal regulador de los comportamientos de sus miembros, tanto positivos como negativos, no es el único factor que influye en su uso de las redes. Dicho uso en niños, adolescentes y adultos está influenciado por el entorno social en el que se desenvuelven, ya que, al ser seres sociales, tienden a buscar y adoptar comportamientos que son comunes en su entorno para sentirse parte de él (Balseca, 2018). Los medios de comunicación van a contribuir a la popularidad de las redes, a través de la promoción masiva de nuevos productos tecnológicos que les permita estar conectados, y al mostrar cómo el uso cotidiano de las mismas se ha vuelto común en todo el mundo (Padilla-Romero y Ortega-Blas, 2017). La familia y el entorno social son los primeros entes que permiten la formación de patrones significativos para el desarrollo y consolidación de futuros hábitos. A pesar de que la sociedad está inmersa en los avances y la abundancia de tecnología, la familia actúa como un regulador para evitar comportamientos negativos que puedan afectar las sensaciones placenteras frente a situaciones desagradables. Una gran cantidad de conductas son aprendidas por medio de la observación e imitación de otros comportamientos que hayan recibido alguna recompensa en común, incitándose a buscar dicha recompensa dentro de su propio entorno (Harlfuch et al., 2010). Conforme las personas van creciendo, es probable que elijan llevar a cabo las acciones que han aprendido en su entorno social, y es más probable que continúen realizando comportamientos que son socialmente aceptados o que producen consecuencias positivas (Marín-Díaz et al., 2019). Por lo tanto, es 45 posible que se desarrollen ciertas cogniciones que promuevan un mayor acercamiento a las redes, sumado a las experiencias positivas que se refuerzan a través de las autoverbalizaciones positivas, lo que hace que aún se siga utilizando las redes sociales a pesar de que mantengan consecuencias negativas en otras áreas de su vida (Capa-Luque et al., 2022). A medida que los adolescentes acumulan más experiencias de vida tendrán más motivos para seguir utilizando las redes, dado que son la opción más atractiva para establecer relaciones interpersonales, ya que les permite evitar el rechazo del contacto directo y la ansiedad de no saber cómo responder preguntas personales (Medrano et al., 2017). Modelo mediacional propuesto La ocurrencia de la ansiedad se considera en base a dos aspectos generales, los cuales se determinan por un rasgo de personalidad constante y mediante los eventos momentáneos que puedan estar incrementando las respuestas ansiosas (Spielberger, 1972). De tal manera que la ansiedad se logra manifestar debido a las condiciones particulares que vaya formando cada sujeto, generando así una mayor sensibilidad y respuestas ineficientes ante eventos estresantes (Vannucci et al., 2017). El experimentar constantes respuestas de ansiedad favorece el desarrollo de estrategia de afrontamiento evitativas hacia las situaciones que generan mayor tensión emocional (Hayes et al., 1999), sumado a la rigidez cognitiva producto del deseo por modificar eventos que son imposibles de cambiar (Wilson y Luciano, 2002), surge un patrón de comportamientos que deterioran la vida de las personas. Aunque el evitar las emociones negativas puede tener beneficios a corto plazo, se reconoce que a mediano y largo plazo van a ser desfavorables. 46 Al explicar las relaciones bicondicionales de la ansiedad con sus posibles consecuencias se cae en la perspectiva de comprenderla en base a sólo la influencia de una variable, tal como se concibe en las asociaciones de la ansiedad con otras variables que son entendidas como efectos consecuentes dentro del entorno educativo respecto al rendimiento académico y relaciones interpersonales (Jadue, 2001), motivación para sus estudios (Cecilio y Alves, 2012), así como también, problemáticas clínicas como la depresión, estrés y otras consecuencias tanto psicológicas (Navas y Vargas, 2012) como médicas (Vannucci et al., 2017). Los cuales se basan en un entendimiento particular de la respuesta ansiosa como consecuente de múltiples problemáticas negativas, tal como se observa en la figura 1. Figura 1 Modelo bicausal de la ansiedad Nota: En la figura se observa que las respuestas ansiosas producen consecuencias negativas debido a que pueden ser originadas por las situaciones ambientales y los rasgos de personalidad, Sí bien es cierto, el entendimiento de las investigaciones ejecutadas sobre la ansiedad se basa en la asociación respecto a las manifestaciones con diferentes variables, sin embargo, también cobra interés la asociación en cuanto al uso de las redes sociales como consecuencia negativa (Portillo-Reyes et al., 47 2021; Lozano-Blasco et al., 2020; Baltacı, 2019), donde su uso continuo es favorecedor de aspectos negativos debido a que se mantiene con la finalidad de reducir la experiencias desagradables. Desde esta perspectiva, se puede comprender la causalidad que mantiene la ansiedad sobre la adicción a las redes mediante un proceso funcional característico en las personas que cuentan con un patrón de evitación aprendido ante experiencias privadas, las cuales al buscar alternativas de solución van a sentir sensaciones agradables a corto plazo, lo que de forma consecuente a mediano y largo plazo pueden estar afectando o desarrollando mayores problemáticas. Siendo estas estrategias concebidas como un patrón de evitación experiencial destructivo, el cual genera un conjunto de comportamientos con la finalidad de menguar la problemática de ansiedad (Hayes et al., 1999). Dicho esto, es importante señalar que dentro del presente modelo conceptual se concibe a la variable evitación experiencial como mediadora para reconocer una mayor presencia de influencia sobre la ansiedad y la adicción a redes, debido a que la explicación más conocida sobre el incremento de esta última reconoce su producción en cierta medida a que los estudiantes cuentan con mayores índices de ansiedad, las cuales van a ser calmadas mediante una mayor conectividad a las redes. Sin embargo, debido a la evidencia empírica y concepciones teóricas propuestas en base a los modelos transdiagnósticos que son explicados por la influencia de la evitación experiencial (Hayes et al., 1999), se reconoce que dicha variable cumple el rol de mediadora para comprender que las reacciones ansiosas van a estar involucradas en una mayor producción de estrategias de 48 evitación experiencial que fomenten un mayor uso problemático y compulsivo de las redes sociales. Por ello, se establece el modelo de la evitación experiencial como mediadora sobre la influencia de la ansiedad con la adicción a redes, tal como se logra describir en la figura 2. Figura 2 Modelo de mediación de la evitación experiencial en la asociación ansiedad y adicción a redes sociales Nota: En la figura se observa el efecto directo que puede tener la ansiedad sobre la evitación experiencial y la adicción a redes sociales, al igual que el efecto entre estas dos últimas. Sin embargo, la evitación experiencial también puede mediar la relación de la ansiedad con la adicción a redes sociales. En el presente modelo se percibe a la ansiedad como una variable asociada a la adicción a las redes, sin embargo, dicha relación llega a ser explicada teóricamente por el patrón de estrategias de evitación experiencial (Hayes et al., 1999), de tal manera que ante las manifestaciones de experiencias ansiosas, los sujetos según su historia de aprendizaje, optan por reducir dichas reacciones negativas mediante diferentes comportamientos, siendo el uso de las redes una consecuencia inmediata que le generan sensaciones placenteras y debido al avance de las nuevas tecnologías la mayoría de personas acceden a 49 las redes para experimentar sensaciones placenteras y como medio de distracción (Echeburúa y Corral, 2010). Desde la perspectiva conductual de los principios de aprendizaje se considera al uso de las redes sociales como una consecuencia que generan sensaciones de placer entendidas como reforzamiento positivo (R+) y en base a la retirada de las sensaciones desagradables experimentadas por la ansiedad (R-), las cuales cumplen un rol de mantenimiento para toda conducta (Skinner, 1945). La cual también va a sostener la manifestación de una mayor presencia del uso de las redes ante la experiencia de ansiedad, donde concierne la explicación de la evitación experiencial como un término de nivel medio que sirve para entender el proceso de aprendizaje implicado en primera instancia para su mejor abordaje (Barnes-Holmes et al., 2016). Así como también señala Ryle (1949), las etiquetas categoriales (como la ansiedad, evitación experiencial y adicción a redes sociales) implican una confusión de los aspectos que la explican, puesto que al ser entendidas como variables requieren un origen especial, sin embargo, son argumentos utilizados para sintetizar un patrón de comportamientos que mantienen una topografía de forma semejante. 2.3 Definición de términos Ansiedad Para Clark y Beck (2012) la ansiedad se concibe a partir de la manifestación previa de una serie de distorsiones cognitivas que alteran el procesamiento de la información y generan mayores sensaciones de ansiedad, estos sesgos cognitivos van a exagerar e infravalorar las demandas medioambientales que puedan percibir, desarrollando mayores reacciones fisiológicas, afectivas y cognitivas. 50 Evitación experiencial Consiste en el rechazo que realiza una persona ante la interacción directa con las experiencias privadas, de tal forma que al encontrarse ante pensamientos o emociones desagradables buscan escapar o evitarlas, optando por la ejecución de una serie de acciones que tratan de mitigar las experiencias privadas desagradables (Hayes et al., 1996). Evitación de emociones Este componente se refiere a la tendencia de evitar sentir o enfrentar emociones incómodas o negativas, como el miedo, la tristeza o la ansiedad. Las personas que experimentan evitación de emociones pueden tratar de distraerse, negar sus sentimientos o recurrir a comportamientos que les impidan experimentar emociones desagradables (Arias et al., 2023). Evitación de recuerdos Implica evitar pensar en o recordar situaciones, eventos o experiencias dolorosas o traumáticas. Las personas que tienen evitación de recuerdos pueden esforzarse por suprimir los pensamientos relacionados con esos recuerdos difíciles, lo que a menudo resulta en una resistencia a hablar sobre ellos o a enfrentarlos emocionalmente (Arias et al., 2023). Falta de autodominio Se refiere a la dificultad para manejar impulsos y deseos inmediatos que pueden ser perjudiciales a largo plazo, ya que pueden luchar por resistirse a las tentaciones, posponer gratificaciones o controlar comportamientos impulsivos, lo que puede llevar a decisiones y acciones que no son coherentes con sus metas o valores a largo plazo (Arias et al., 2023). 51 Adicción a redes sociales Se define como un patrón disfuncional de compulsiones que se manifiestan ante el uso a las redes, de tal manera que al incrementarse su frecuencia comienzan a tener menos control en el tiempo y suelen descuidar otras áreas importantes de su vida (Escurra y Salas, 2014). Obsesión por las redes sociales Inclinación de la persona a enfocar la mayoría de sus pensamientos en la conectividad a redes sociales, con preocupaciones por su disponibilidad y comodidad para conectarse a las redes, lo que resulta en una falta de atención hacia las experiencias fuera del mundo virtual (Escurra y Salas, 2014). Falta de control personal Incapacidad para controlar el uso de las redes sociales, llevándolo a estar conectado incluso en situaciones inapropiadas o a pesar de las consecuencias negativas que haya experimentado anteriormente (Escurra y Salas, 2014). Uso excesivo Se refiere al uso constante y repetitivo de las redes sociales, de tal manera que se suele dedicar la mayor parte de su tiempo a interactuar dentro de ellas, y puede utilizarlas en diversas áreas de su vida cotidiana (Escurra y Salas, 2014). 2.4 Hipótesis 2.4.1 Hipótesis general Ha: La ansiedad y la evitación experiencial influyen sobre la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima. 2.4.2 Hipótesis específicas H1: La ansiedad difiere de forma significativa según el sexo y edad en estudiantes de una universidad privada de Lima. 52 H2: La evitación experiencial difiere de forma significativa según el sexo y edad en estudiantes de una universidad privada de Lima. H3: La adicción a redes sociales difiere de forma significativa según el sexo y edad en estudiantes de una universidad privada de Lima. H4: Existe relación significativa entre la ansiedad, la evitación experiencial y la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima. H5: Las dimensiones de la ansiedad y la evitación experiencial influyen sobre la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima. H6: La evitación experiencial tiene un efecto indirecto de forma significativa sobre la relación de la ansiedad con la adicción a redes sociales en estudiantes de una universidad privada de Lima. 53 CAPÍTULO III: MÉTODO En este capítulo se puede reconocer la metodología del estudio bajo el nivel, tipo y diseño de investigación; así como la descripción de los participantes. Seguidamente se describen las variables de estudio, para después detallar sobre las medidas de recolección de datos, es decir, los instrumentos utilizados para evaluar a los universitarios. Se culmina con el desarrollo del procesamiento y análisis de los datos. 3.1 Nivel, tipo y diseño de investigación La presente investigación tuvo un nivel explicativo debido a que el objetivo general buscó conocer un efecto de causa – efecto para la ansiedad y la evitación experiencial sobre la adicción a redes en universitarios de Lima (Sánchez et al., 2018). Además, fue de tipo básica porque se determinaron nuevos conocimientos sobre la influencia de la ansiedad y la evitación experiencial en la adicción a redes sociales, así como en la relación existente entre dichas variables y el reconocimiento de los niveles y frecuencias en universitarios (Sánchez et al., 2018). Cabe señalar que desde la perspectiva de Arias (2020) los estudios explicativos son de tipo aplicada porque buscan resolver problemas prácticos por medio de sus hallazgos. Finalmente, el diseño fue no experimental debido a que no se pretendió manipular las variables del estudio, tales como la ansiedad, la evitación experiencial y la adicción a redes. En su lugar, estas solo fueron observadas en su ambiente natural. Así mismo, el estudio fue de corte transversal porque la 54 información se recaudó en un momento determinado de tiempo (Hernández- Sampieri y Mendoza, 2018). 3.2 Participantes 3.2.1 Población La población fue de 2 662 estudiantes del primer al décimo primer ciclo de la carrera de Psicología de una universidad privada de Lima Sur, específicamente en el distrito de Villa El Salvador. Dicha cantidad representó a los alumnos matriculados en el semestre académico 2023-I, pertenecientes a ambos sexos. Criterios de inclusión: ▪ Estudiantes de la carrera de psicología matriculados durante el ciclo académico 2023-I. ▪ Encontrarse dentro del I al XI ciclo. ▪ Pertenecer a la universidad seleccionada de Villa El Salvador. ▪ Cumplir con el consentimiento informado. ▪ Contar con acceso a internet y un equipo tecnológico con el que pueda responder los cuestionarios. Criterios de exclusión: ▪ Egresados y estudiantes de otras carreras de estudio. ▪ Participantes menores de 18 años. ▪ Rechazar el consentimiento informado. ▪ No contar con acceso a internet o el no tener un equipo tecnológico para responder los cuestionarios durante la fecha de evaluación. 55 3.2.2 Muestra Se obtuvo un tamaño muestral mínimo de 240 participantes, el cual fue calculado por medio de la fórmula para investigaciones correlacionales, donde se utilizó un 95% de significancia (1.96), un tamaño del efecto pequeño (.18) y un poder estadístico del 80% (8.42). La fórmula utilizada se detalla a continuación: 𝑛 = [ Zα + Zβ 0.5ln⁡[(1 + 𝑟)/⁡(1 − 𝑟)] ] 2 + 3 Dónde: n = Muestra = 240 Zα = Significancia al 95% Zβ = Poder estadístico al 80% r = Tamaño del efecto (0.18) ln = Logaritmo natural Además, mediante el uso del programa G*Power en su versión 3.1, se logró estimar el poder estadístico de la regresión mediante un análisis Post hoc para regresión lineal múltiple, donde se estima que la cantidad de 304 evaluados mantiene un poder (1-β) de 0.99 con los parámetros de un tamaño del efecto mediano (f2= .15), un valor de error de probabilidad (α) de .05 y con un número de predicciones para dos variables. Por tal motivo, se llegó a evaluar a 318 universitarios entre los 18 a 54 años (M = 22.4, DE = 7.01), donde el 52.2% fueron mujeres y el 47.8% varones, con una mayor representatividad para los universitarios con menor edad (59.1%) a diferencia de los de mayor edad (40.9%). Además, existe una mayor proporción para los de primeros ciclos (47.4%) en referencia a los mayores (Tabla 1). 56 Tabla 1 Distribución de los participantes del estudio Variable Categoría f % Sexo Mujeres 166 52.2 Hombres 152 47.8 Edad Menor a 22 188 59.1 Mayor a 22 130 40.9 Ciclo I a III 151 47.4 IV a VII 96 30.2 VIII a XI 71 22.3 Total 318 100 3.2.3 Muestreo Se utilizó un muestreo no probabilístico debido a que no se cumplió con los criterios de representatividad y aleatorización, además, fue por conveniencia porque los participantes fueron seleccionados en base a los criterios considerados por el autor (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018). 3.3 Variables de investigación 3.3.1. Variable 1: Ansiedad Definición conceptual: Para Clark y Beck (2012) la ansiedad se concibe a partir de la manifestación previa de una serie de distorsiones cognitivas que alteran el procesamiento de la información y generan mayores sensaciones de ansiedad, estos sesgos cognitivos van a exagerar e infravalorar las demandas medioambientales que puedan percibir las personas, desarrollando mayores reacciones fisiológicas, afectivas y cognitivas. 57 Definición operacional: Se realiza a través de la suma de los ítems del Inventario de Ansiedad (BAI) de Beck et al. (1988) con 21 ítems agrupados en dos factores, tal como se describe en la tabla 2. Tabla 2 Operacionalización de la ansiedad Dimensiones Indicadores Ítems Somático - Sensación de adormecimiento - Bochorno - Temblor en partes del cuerpo - Mareos - Aceleración cardiaca - Sentirse agitado - Dificultades para respirar - Sonrojarse - Sudoraciones 1, 2, 3, 6, 7, 8, 11, 12, 13, 15, 18, 19, 20, 21 Afectivo - Cognitivo - Incapacidad para relajarse - Temor a que le suceda algo malo - Nerviosismo - Sentirse asustado 4, 5, 9, 10, 14, 16, 17 3.3.2. Variable 2: Evitación experiencial Definición conceptual: Para Hayes et al. (1996) es definida como el rechazo que mantiene la persona al interactuar con sus experiencias privadas, de tal forma que al encontrarse ante pensamientos o emociones desagradables van a buscar escapar o evitarlas realizando una serie de acciones que van a incrementar los procesos privados de malestar. 58 Definición operacional: A través de la suma de los ítems del Cuestionario de Aceptación y Acción II (AAQ-II) de Bond et al. (2011) revisado por Martínez (2018), constituido por 7 ítems y bajo un modelo de tres dimensiones (ver tabla 3). Tabla 3 Operacionalización de la evitación experiencial Dimensiones Indicadores Ítems Evitación de recuerdos - Molestia por recuerdos desagradables - Recuerdos dolorosos que alteran la percepción de su vida. 2, 5 Evitación de emociones - Escapar de sus sentimientos - Preocupación por no poder controlar sus sentimientos - Las emociones causan problemas en la vida 3, 4, 7 Falta de autodominio - Percibir que otros manejan mejor su vida - Preocupaciones que dificultan su superación 8, 9 3.3.3. Variable 3: Adicción a redes sociales Definición conceptual: Se define como un patrón disfuncional de compulsiones que se manifiestan ante el uso de las redes sociales, de tal manera que al incrementarse su frecuencia la persona suele perder el control del tiempo y descuidar otras áreas importantes de su vida (Escurra y Salas, 2014). Definición operacional: Se realiza a través de la suma de los ítems del Cuestionario de Adicción a Redes Sociales (ARS) de Escurra y Salas (2014), el cual se encuentra 59 constituido por 24 ítems que se estructuran en tres dimensiones, tal como se observa en la tabla 4. Tabla 4 Operacionalización de la adicción a redes sociales Dimensiones Indicadores Ítems Obsesión - Sensación al conectarse a las redes - Insatisfacción con el tiempo dedicado - Pensamientos por conectarse a las redes - Sensaciones negativas al no estar conectado - Descuido de amistades, familiares o pareja 2, 3, 5, 6, 7, 13*, 15, 19, 22, 23 Falta de control personal - Acceso de las redes al despertarse - Preocupación de perder el control del uso de redes - Intentos previos sin éxito de control de las redes - Descuido de otras áreas de su vida. 4, 11, 12*, 14, 20, 24 Uso excesivo - Sentimientos de necesidad de usar las redes - Alivio al usar las redes sociales - Pérdida del sentido del tiempo - Mayor tiempo de uso de las redes que el planeado - Gran parte del día conectado a las redes - Conectividad a pesar de realizar otras actividades 1, 8, 9, 10, 16, 17, 18, 21 Nota. * = Ítem inverso 3.4 Técnicas e instrumentos de recolección de datos Se recolectaron los datos con la técnica de la encuesta, la cual requiere de la utilidad de una serie de preguntas estructuradas según una pertinencia teórica que son presentadas en forma de un cuestionario, las cuales son llenados como una especie de autoinforme (Ñaupas et al., 2014). 60 Por lo tanto, los formularios que se utilizaron en el estudio fueron: el Inventario de Ansiedad (BAI), el Cuestionario de Aceptación y Acción II (AAQ-II) y el Cuestionario de Adicción a Redes Sociales (ARS), los cuales se llegan a describir a continuación: 3.4.1. Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) Ficha técnica Tabla 5 Ficha técnica del BAI Nombre : Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) Autores : Beck, Epstein, Brown y Steer Año : 1988 Revisado por : Pacheco Año de revisión : 2018 Objetivo : Identificar la sintomatología de la ansiedad Ámbito de aplicación : Educativa, clínica, forense y del deporte. Tiempo duración : 10 a 15 min N.º de ítems : 21 ítems Dimensiones : ▪ Somático ▪ Afectivo – Cognitivo Descripción de la prueba El instrumento para poder determinar la ansiedad fue el Beck Anxiety Inventory (BAI) elaborado por Beck et al. (1988) y adaptado al español por diferentes autores (Botella y Ballester, 1997; Echeburúa, 1993; Magán et al., 2008; Sanz y Navarro; 2003), sin embargo, la primera publicación oficial generada por la editorial de Pearson fue realizada por Beck y Steer (2011) con una muestra española. Por otro lado, Vizioli y Pagano (2020) realizaron su propia adaptación del instrumento en población argentina. El BAI se encuentra 61 comprendido por 21 ítems, los cuales se distribuyen en dos dimensiones para estudiantes universitarios: Somático y Afectivo-Cognitivo. Su aplicación es de forma individual o colectiva dentro del área educativa, clínica, forense y del deporte, con la finalidad de contar con una medición breve de la ansiedad clínica que pueda diferenciar la fuerte correlación entre la depresión (Beck et al., 1988). La escala de tipo Likert con las alternativas de 0 (nada) a 3 (fuerte), con un puntaje máximo de 63 y un mínimo de 0. Para su calificación total se suman todos los ítems, para luego ubicarlos en las categorías: mínima (0 a 7), leve (8 a 15), moderada (16 a 25) y grave (26 a 63). En Argentina, Vizioli y Pagano (2020) adaptaron el BAI de forma conceptual, lingüística y métrica en 269 sujetos entre los 18 a 76 años de Argentina. En primer lugar, tres expertos bilingües tradujeron el instrumento quedando tres versiones, las cuales fueron revisadas por 5 jueces expertos para demostrar validez semántica y sintáctica de los reactivos, así como la coherencia de las traducciones para identificar la validez cultural. Además, reconocieron la validez estructural con un Análisis Factorial Confirmatorio (AFC) y un estimador de Mínimos cuadrados reponderados (WLS), poniendo a prueba tres modelos: de forma unidimensional (Magán et al., 2008), de dos factores (Beck et al., 1988) y de cuatro factores (Osman et al., 1993), donde el modelo unidimensional contó con mejores índices de ajuste (X2/gl = 1.93, CFI = .96, NNFI = .95, RMSEA = .06, SRMR = .07), que el modelo de 2 factores (X2/gl = 3.03, CFI = .91, NNFI = .90, RMSEA = .09, SRMR = .08) y el de 4 factores (X2/gl = 1.92, CFI = .96, NNFI = .96, RMSEA = .06, SRMR = .07). Para el M1 todas las cargas factoriales fueron mayores a .40 a excepción del ítem 19 (.27), debido a que su contenido solo se encuentra como criterio para el trastorno de pánico del DMS 5 (“Sensación de 62 desvanecimiento y desmayos”). Así también, reconocieron una adecuada fiabilidad por consistencia interna para el modelo unidimensional (α ordinal = .93 y ω ordinal = .95). Respecto a la normatividad no especifica su categorización, sin embargo, mediante los percentiles se puede tomar como punto de corte 25 y 75 para una categorización en bajo (0 a 5) medio (6 a 17) y alto (18 a más). A nivel nacional, Pacheco (2019) realizó un estudio de tipo correlacional donde encontró evidencia de propiedades psicométricas del BAI en 501 adolescentes de dos colegios de Villa El Salvador de 3ro a 5to de secundaria. Identificó una validez estructural con el Análisis Factorial Exploratorio (AFE), donde los valores del KMO (.97) y el Test de esfericidad de Bartlett (X2 = 6479.253, gl = 210, p < .05) confirmando la muestra a utilizar. Respecto a los autovalores fueron superiores a la unidad para los tres factores (afectivo, cognitivo y somático), los cuales explican un 64% de la varianza acumulada (VEA), con cargas factoriales entre .22 a .38 para la dimensión afectivo, entre .13 a .35 para cognitivo y de .53 a .79 para somático (las cuales son bajas para determinar el constructo). La fiabilidad fue por medio del alfa de Cronbach que arrojó un valor de .90 para la escala a nivel total, mientras que para sus dimensiones afectivo fue .80, motor con .63 y somático con .83. En cuanto a las normas percentilares, utilizaron los puntos de corte de 20, 40, 60 y 80 para categorizar en: Muy bajo (0 a 5), Bajo (6 a 10), moderado (11 a 14), alto (15 a 23) y muy alto (24 a más). Revisión de propiedades psicométricas Las propiedades psicométricas del BAI fueron revisadas en un grupo piloto de 145 participantes que contaron con las mismas características que la muestra analizada. Dicho grupo estuvo comprendido por 55.9% mujeres y 44.1% 63 varones, con edades entre los 18 a 48 años (M = 22.1 y DE = 6.50). Por tal motivo, se reportó una mayor evidencia de validez, fiabilidad e invarianza de medida del BAI, tal como se detalla a continuación: Validez basada en la estructura interna Para reportar la validez factorial se utilizó el AFC con el estimador WLSMV (Robust Weighted Least Squares) debido a que los ítems fueron considerados como ordinales (Gana y Broc, 2019). En cuanto a los índices de ajuste que arroja dicho análisis, se considera como aceptable el contar con un promedio de Chi- cuadrado con grados de libertad (χ²/gl) menor a 4 (Hair et al., 2014), un CFI y TLI mayor al .95 y un RMSEA y SRMR menor al .08 (Hu y Bentler, 1999). En la tabla 6 se observan los índices de ajuste del BAI, con valores aceptables porque los índices de comparación superan el criterio mínimo de .95 (CFI = .991, TLI = .990) y las medidas de error fueron inferiores al .08 (RMSEA = .040, SRMR = .052). Por tal motivo, se considera que el instrumento cuenta con una adecuada validez para el modelo de dos factores correlacionados. Tabla 6 Índices de ajuste del BAI Modelo χ² gl χ²/gl CFI TLI RMSEA [IC 95%] SRMR Dos factores 447 188 2.37 .991 .990 .040 [.035, .045] .052 En la fi